Cuando estamos estudiando para un examen pueden llegar a ser tan importantes las horas de estudio como aquellas de descanso. En las academias como los centros son conscientes de ello y organizan sus sesiones consecuentemente.
Tras las horas de clase en una academia aún quedan otras muchas que corren únicamente de tu cuenta. Las deberás organizar correctamente si quieres que el esfuerzo desemboque en un buen resultado. Una de las claves es respetar el tiempo de descanso.
Para comenzar, debemos diferenciar dos tipos de descanso: la pausa y el sueño.
Cuando generes tu horario de estudio es muy importante ser honesto contigo mismo y no ponerte metas imposibles de alcanzar, como estudiar toda una mañana. Es mejor comenzar con una rutina de estudio no muy exigente y con abundantes pausas. Si se cumple, siempre habrá tiempo de subir el nivel.
Incluye cinco minutos de descanso tras la primera hora de estudio: levántate, sal fuera, desentumece los músculos y estírate. Tras la segunda hora los descansos ya deberían durar entre veinte y treinta minutos. No rompas por completo el ambiente de estudio, pero realiza tareas sencillas que no requieran esfuerzo mental: un poco de deporte, regar las plantas, hacer la comida...
Además, los científicos siguen demostrando que el sueño es un factor crucial en la retención de la memoria. Sus efectos positivos son diversos: sostiene la atención, mejora la memoria a corto plazo, la adquisición de tareas cognitivas (aprendizaje), y además, se ha visto cómo las áreas del cerebro activadas durante el aprendizaje de una tarea se activan de nuevo en el sueño, lo que serviría como consolidación de lo aprendido.
Así que no infravalores las paradas y las ocho horas de sueño diarias. Aunque el esfuerzo del estudio es tuyo, en el Centro de Estudios La Miliaria te daremos apoyo y consejos como estos.